miércoles, 23 de febrero de 2011

TERREMOTO EN CHRISTCHURCH

Esperaba haber empezado este blog hace ya mucho tiempo y ya tenía escritos los primeros artículos referidos a las tres primeras semanas. Pese a ello, lo he ido retrasando hasta el día de hoy, he estado bastante ocupado haciendo cosas y estudiando inglés y oposiciones.

En todo caso, creo que hoy puedo empezar el blog por la mitad, por lo que ha sido o parece ser el punto de inflexión de este viaje, es decir, el Terremoto del día 22 de Febrero. Para quien no lo sepa, a mediados de setiembre del año pasado, 2010, hubo un terremoto fortísimo de 7,1 en la Escala de Richter que dañó prácticamente todos los edificios de la ciudad de Christchurch. Desde ese momento, con regularidad semanal, una o dos réplicas recordaban que esta ciudad se asienta sobre una falla bastante activa e importante que forma parte del anillo de fuego del Pacífico. Durante el mes de enero y principios de febrero tuvimos una serie de terremotos, el mayor de los cuales apenas llegó a 5 grados, por lo que más que terremotos, todo el mundo daba por sentado que se trataba de réplicas del gran terremoto de setiembre y que la capa tectónica se estaba asentando progresivamente.

Por eso, cuando por las 8 de la mañana del martes 22 la habitación se puso a temblar no le di mayor importancia. Me levanté, desayuné, fui a clase y, a la salida, a eso de las 11:45, volví a casa a preparar la bolsa para el gimnasio. En el salón me encontré a algunos de mis compañeros de casa/ flatemates, y nos pusimos a ver la tele y a charlar. Al poco rato la casa empezó a temblar primero, a moverse después y, finalmente, prácticamente a doblarse de un lado a otro. Salimos corriendo, tambaleándonos, al jardín, un espacio abierto con césped y árboles, pese a lo cual, era imposible mantenerse en pie. Se trata de algo difícil de explicar, es como si el suelo entero diese botes y se meciera rápidamente con un estruendo ensordecedor que emerge, precisamente, de debajo de la tierra. Pese a todo, y sabiéndose uno a salvo, la sensación es hasta divertida.

Cuando la tierra dejó de temblar, y tras unos segundos para levantarnos, reírnos y recomponernos, salimos corriendo a la calle, a ver que había pasado en la ciudad. Mi casa está en la Calle Barbadoes 294, exactamente a 700 metros de la catedral de Christchurch, que es el centro neurálgico de la ciudad. En todo caso, nada más alcanzar la acera de la calle me di cuenta de que quizás l terremoto había sido algo más grave de los que parecía. La casa contigua a la nuestra había perdido una pared entera (parte de la cual, por cierto, ha roto la ventana de mi habitación). En general, todas las casas de ladrillo o piedra, estaban cómo mínimo con grietas, cuando no parcialmente derrumbadas. La Peor parte se la había llevado la casa de la esquina, completamente derruida sobre una fila de coches aparcados.

Viendo que la cosa se ponía seria, me puse a correr hacia la catedral. Al avanzar por la calle Worcester, llegué a un parque bastante grande donde se habían dado cita todos los trabajadores de las oficinas de la zona y los estudiantes de las diversas academias de idiomas que, como la mía, están o estaban en el centro de la ciudad. Cuanto más avanzaba por la calle Worcester perores eran los daños. Edificios total o a punto de colapsarse, iglesias cayéndose e, incluso, el único restaurante español de la ciudad (Pedro´s), con las mesas todavía puestas en lo que había sido el último piso del edificio.

Al llegar a pocos metros de la catedral, Worcester con Manchester, la neblina y el olor a gas eran tan intensos que no me atreví a seguir adelante, aunque creo haber echado de menos el campanario de la catedral que, según creía recordar, era perfectamente visible desde el punto en el que di la vuelta. Por otra parte era imposible avanzar contra corriente, ya que una auténtica multitud avanzaba en dirección opuesta tratando de alcanzar el parque de la calle Worcester.

Volví a casa corriendo para ver los desperfectos, que eran mínimos (la vajilla y la ventana de mi habitación, nada más). Al poco tiempo me llamaron mis amigos de la academia, que habían sido desalojados de la escuela de idiomas y estaban en el parque a apenas unos 100 metros de mi casa. Fui a reunirme con ellos, y quitando alguna que otra histeria (perfectamente comprensible, dado que lo que yo había vivido a ras de suelo, ellos lo habías sufrido en una planta 6) todo el mundo estaba perfectamente. Aquí me gustaría alabar la presencia de ánimo de los kiwis o, por lo menos, la de los naturales de Christchurch. A pesar de las constantes réplicas, la tranquilidad era prácticamente absoluta en el parque, ni gritos ni histerias ni atención médica de urgencia por ataques de ansiedad.

Pese a ello, y por la tensión que se respiraba en el lugar, invité a mis amigos a ir al jardín de mi casa a relajarnos y compartir la única cerveza que había sobrevivido al terremoto. Allí, y a pesar de las constantes réplicas, pudimos relajarnos un poco, contactar con aquellos que no habían ido a la academia o que, como yo, habían terminado pronto por la mañana. En ese punto serían más de las dos de la tarde y la ciudad entera parecía un hormiguero en alerta máxima. Por el cielo helicópteros policiales y de bomberos, las calles eran progresivamente cortadas por policías y, posteriormente, por el propio ejército, encima el aire estaba extraordinariamente pesado por el humo que salía de los distintos incendios que salpicaban la ciudad.

Pasamos unas cuantas horas en casa hasta que Silvan, el francés se incorporó y explicó que, aunque su casa seguía en pie, no tenían luz ni agua, por lo que nos invitó a una macrobarbacoa para consumir toda la carne del congelador y que no se estropeara. Desde mi casa hasta la suya hay 20 minutos largos de camino por lo que nos dio tiempo a ver los efectos de los destrozos más allá del centro de la ciudad. Todas las calles cercanas al río Avon, apenas un riachuelo de aguas completamente transparentes, estaban inundadas por lo que parecía cemento fresco y que no era sino arena fina del lecho fluvial que había emergido con el terremoto empantanando calles y casas y enterrando los coches. Además la propia acera estaba surcada de profundas grietas y era rara la casa que conservaba las cuatro paredes.

En casa del francés dimos cuenta de toda la carne poco antes de que la luz se reestableciera, casi por arte de magia, en toda la calle (imaginaos la cara de Silvan y sus compañeros de piso al ver que nos habíamos comido las provisiones de toda la semana a lo tonto). Despues de los postres, nos partimos a la gente que se había quedado sin casa (la mitad vinieron a la mía y la otra mitad se quedaron en la de Silvan).

Una vez en casa, respondí todos los mensajes que pude (muchas gracias de nuevo a todos) hablé con mis padres, mi tía y la oficina de asuntos exteriores de la Generalitat de Catalunya que quería información de primera mano sobre lo ocurrido y de paso preguntar si sabía de algún catalán que pudiera necesitar ayuda. La razón última de esta invasión de competencias interadministrativas se debe a que una amiga de la infancia trabaja en la oficina d àffers exteriors de la Generalitat y creyó conveniente (e hizo muy bien) darle mi número a su jefa.

Desde luego es de alabar el celo que pone la Generalitat en la protección de sus ciudadanos overseas. Ahora mismo, mientras escribo estas lineas me acaba de llamar de nuevo una secretaria de àffers exteriors, quien, en un perfecto castellano, me ha transmitido todo su apoyo, se a puesto a mi disposición y, como suele pasar, yo me he puesto a la suya. Las comparaciones son odiosas, y a pesar de que tengo una firme opinión acerca de la paradiplomacia que tratan de realizar las autonomías con fines más propagandísticos que prácticos, debo decir que el detalle de la Secretaria áffers exteriors, me ha llegado al alma. Contrasta en este sentido con el escueto mail que he recibido esta mañana de nuestra embajada, en la que se alegraban de que estuviese sano y salvo y ya está. No digo, que el cometido de nuestras delegaciones sea dar mimos a los turistas tontos que no tenemos nada mejor que hacer que ir a aprender inglés a una falla del pacífico, pero, joder, que a veces se agradece un poco de proximidad, aunque sea completamente inutil a efectos prácticos...

Volviendo al tema, una vez en casa, nos quedamos charlando y viendo la tele hasta las dos de la mañana, momento en el que todo el mundo se puso a dormir en el suelo del salón, menos yo que me fui a la cama, a escasos dos metros de los demás y con la puerta abierta. Durante la noche, hubo en torno a 5 réplicas, la más fuerte a eso de las 6 de la mañana.

Al día siguiente (o sea, hoy) las réplicas han seguido constantes, pero ya nos hemos acostumbrado a ellas. El centro de la ciudad ha quedado completamente aislado, convertido en un perímetro de seguridad. Las tiendas están cerradas, no hay cajeros, ni forma humana de comprar nada. No hay agua corriente y muchas casas siguen sin electricidad. Digamos, para resumir, que la situación no es demasiado buena. Por mi parte, voy a intentar trasladarme a Auckland este fin de semana y seguir con el curso de inglés y retomar la normalidad, un poco.

Un abrazo a todos y perdonad las faltas de ortografía y estilo… pero es que es tarde y tengo ganas de irme a dormir…


















18 comentarios:

  1. Desde la Plaza Mayor de Valladolid, donde hemos venido para celebrar tu suerte, que es la nuestra, hemos sentido temblar la tierra, olido a gas y polvo, nos hemos atracado de carne, hemos vivido el compañerismo inmediato e inolvidable de las catástrofes y hemos agradecido su cercanía a la Generalitat, sean cuales sean sus motivos. ¡Un gran reportaje!

    Besos a millones.

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  2. Machin, que emocionante es tu relato, tinc la pell de gallina!! Una abraçada molt gran!

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  3. polluelo de kiwi!!!

    ke susto! menos mal que no escucho ni leo las noticias y me he entreado directamente de que estas bien.

    me alegra que nisiquiera un terremoto te haga perder la calma y el flematismo... solo me preocupa que aun sin agua corriente ni alimentos te pongas en plan Ruth DeWitt Bukater (busca en google) y no quieras acepter nada de los camiones de ayuda humanitaria... no lo hagas por favor... seria una pena sobrevivir a un terremoto para morir de sed...

    De lo que cuentas de la generalitat... tengo mis reservas... si bien tengo poco contacto con la conselleria d'exteriors, aquí a tu pobre hermana, la conselleria d'interior tiene la fea costumbre de mandarle de vez en cuando unos orcos feísimos que no hacen mimos precisamente.. pero en fin... sabiendo esto intentaré llevar una mocion al parlamentt peara que los orcos pasen a depender d'exteriors para ver si se dedican a repartir piruletas para las niñas, ayudar a las abuelas a cruzar la calle y a bajar a las gatitas de los árboles (o viceversa segun el caso y la necesidad...

    en fin vizconde, espero que todo siga bien... iré mirando esto con regularidad!

    Un abrazo!

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  4. Luismiiiii....!!!

    Tío cabrón, yo que pensaba que había sido un temblor de nada... me he acongojado al ver las fotografía esta mañana... no lo había visto en la TV... me alegro mucho tío de que estés bien, que te voy a decir?

    Estas fotos sí que son artísticas... madre mía... todavía te envidio más (miento), menuda experiencia, que suerte, da gracias a quien quieras pero dalas... supongo que ya lo habrás hecho... por cierto!!! Que tal está la enana de la mochila!!!? Espero que bien...

    Un abrazo desde Catalunya,
    menos mal que estás bien, si no nos hubieras jodido bien.

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  5. Chavalon!!! Que susto pero que suerte que estés bien.
    Me gusta esa media sonrisa en la foto que señalas al coche con la mano, jejeje espero que el tio del coche no estuviera cerca.
    Un abrazo y que vaya todo muy bien.

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  6. Muy bien, una información muy buena y unas fotos impresionantes. Si te vas a Aukland, sigue contándonos cómo es y cómo lo ves tu. Me encantan tus crónicas.

    Un besazo

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  7. Jose qué bien que se pueda ir sabiendo más de ti! Y qué alivio ver como te lo tomas!. Menudo reportaje que te has marcado chaval! De raza le viene al galgo....¿verdad? Las fotos son para quitar el hipo. Eres un chico con suerte!. Veo que has sabido sacar al “mal tiempo buena cara”. Espero que ya tengas agua y no tengas que dormir a la intemperie como el otro día. Sigue escribiendo estas crónicas, seguiremos tus andanzas con gran interés!!
    Besotes y cuídate mucho. Un abrazo INMENSOOO. Tía Alicia

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  8. Muchas gracias a Tod@s, en cuanto llegue a auckland y tenga tiempo me encantaría escribiros por separado y daros las gracias como dios manda. un abrazo

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  9. Hola loquito!
    Me acabo de enterar por tu madre de la existencia de este Blog, de que estabas en NZ y de que habías sobrevivido a u terremoto, así de repente, todo a un tiempo... y yo en Coruña cuidando de mi madre, de su Alzheimer y de mis perros... ¡Tremenda experiencia la tuya!... ¡Gracias por compartirla!... ¡Uff! estoy segura de que yo sería de las del ataque de ansiedad... como te puedes imaginar a estas alturas, soy Berta "la Gallega de Santa Eufemia", la amiga más loca de tu madre...
    Besiños a mogollón
    + Besos

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  10. Muchas gracias berta, estoy exactamente en tus antípodas, así que si notas temblar el suelo no te preocupes, un abrazo y ánimo tambien con tus cosas.

    bESOS

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  11. Hola! He entrado en tu blog por el comentario en El Pais. Mi novio es kiwi y yo estuve hace poco por NZ, asi que estoy siguiendo la noticia con bastante interes. Aunque no te conozco de nada, me ha enganchao tu relato. Creo que sabes como contar una historia. Deberias seguir con el blog, tambien cuando amaine la tormenta :)
    Animo y un beso de mi parte a todos los kiwis

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  12. Hola!
    Yo también he entrado en tu blog después de ver el link en La Vanguardia.
    Aunque ahora ya vivo de nuevo en Barcelona, el año pasado viajé por NZ, así que nada, sigo de cerca las noticias del terremoto.
    Sigue escribiendo crónicas y mucha suerte por allí!! Ánimo a los kiwis!!

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  13. ¡¡¡Enhorabuena!!!, por todo!!: Por sobrevivir a el fallo de la falla. Por darle mas luz a tus padres y seguir iluminando a los que te quieren.
    Estás aprendiendo inglés a la perfección, y la vida con replicas. Sigues con minuociasidad la regla del "understatement": no dramatizar, y con vocación, la prohibicón de la no afectación, para no caer en el alarde de si mismo.
    Es un placer saber de tu existencia y de tu huída a Aukland.
    De nuevo, ¡¡Enhorabuena!!! por tí y por los tuyos.

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  14. Muy bueno José Miguel. Me encantan los detalles de TAC en ciernes referidos a las estructuras administrativas =)

    Un abrazo grande!!

    Juan H.

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  15. Hola sobrino expatriado!!!

    Los pelos como escarpias se me han puesto!

    La primera noticia que tuve del terremoto fue un sms de tu madre diciendo que estabas bien... y la segunda leerme tu blog...
    Me has transportado allí incluso antes de ver las fotos. Bravo!

    Tienes mucha suerte de haber (sobre)vivido una circunstancia así... Ahora eres un poco más sabio, sin duda.

    Millones de besos, si es que caben en el ciberespacio.

    María

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  16. Hola. Describes muy bien la realidad. Suerte.
    Javier

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  17. Hola Sobrino:
    Sé por tu madre que ya estás en Auckland y eso me deja muy tranquila.
    He tratado de escribirte varias veces estos días, pero mi habilidad en internet es inversamente proporcional a mi edad y como sabes soy bastante viejuna, así que se han borrado todos mis mensajes. Espero que éste te llegue por fín.
    Sólo quería decirte que estoy orgullosa de tí por cómo estás reaccionando ante una situación tan difícil como esta y por cómo nos estás trasmitiendo tus impresiones de forma amena pero sin banalizar. Eso dice mucho de tu entereza y madurez.
    Yo viví un huracán y, aunque fue mucho menos grave, sé que hay momentos de desánimo y de angustia sobre todo cuando la psicosis se apodera de la gente que está a tu alrededor y huyen despavoridos a donde sea y tú te vas quedando solo preguntándote si has tomado la decisión correcta.Pero no te quepa duda de que todo esto te servirá de experiencia para el futuro.
    Bueno Josemiguelito, espero que las cosas se normalicen y que a partir de ahora todo vaya bien. Rezo por ello.
    Un beso muy grande, Tía Maco

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  18. Desde Barcelo Viajes en Madrid. Lo que estas viviendo es ONLY&ONE. Aprovecha esa experencia.

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